viernes, 7 de febrero de 2014

Capítulo 1

-Cuenta, ¿cómo es?
-¿Álvaro? La perfección. Ojos marrones, pelo corto, a juego con sus ojos... Uff...
-Estás loca -Dedujo Alicia-. Muy, muy loca.
Solté una carcajada.
-¿Loca? Sí Ali, loca de amor.
-Cris, definitivamente, estás fatal.
-¡Já! Pura envidia.
Pero tenía razón. Estaba loca, y yo lo sabía. Aún había cosas del sábado de las cuáles Ali no tenía ni idea.
-¿Envidia? ¿Envidia? -Ali se empezó a reír. Se lo tenía que decir.- ¿Envidia de qué? ¿De que Natascha te consiguiera una cita a ciegas con un tío que pasaba por la calle?
-Pues sí. Oye Ali... Hay cosas que no sabes del sábado -Abrió los ojos como platos. Me coloqué el pelo hacia el lado izquierdo.- Hubo... Otro chico
-¿Qué? ¿Te liaste con dos en una tarde?
-¡No, no, no! Déjame explicártelo.
-Adelante.
Entonces recordé
-Pues...Álvaro y yo comimos en el restaurante al que me trajo Nata. Yo me levanté para ir al baño y retocarme, y cuando salí me choqué con un camarero regordito...
-¡Espera! ¿Te fuiste a retocar? ¡Ese Álvaro tiene que ser muy guapo! Y eso al parecer te afecta... Tú, en ocasiones muy importantes la raya, un poco de rímel, brillo de labios y... ¡Listo!
-Sí, y tú raya, rímel, coloretes, sombra, pintalabios, base...
-¡Vale, ya! -Me cortó- Que te enrollas Cris...
-Bueno, pues que se me cayó todo el neceser por el suelo, me agaché y cuando levanté la mirada me encontré con unos ojos azules a tres centímetros de mí, con una sonrisa preciosa, el pelo cobrizo, rizado, a media melena... Y entonces me ayudó a recoger y a levantarme, y se fue con una sonrisa. Yo estaba tan atónita que no le di ni las gracias. Le miré hasta que llegó a su mesa, donde estaba sentados un grupo de chicos y chicas. Me quedé paralizada hasta que Álvaro me llamó la atención. Terminamos de comer y fuimos al Parque del Retiro. El chico de los ojos azules y su grupo ya se habían ido del local. Mientras paseábamos por el parque, vimos una fuente y nos acercamos para beber agua. Cuando terminé de beber vi que a unos metros estaba el mismo grupito que en el restaurante. Busqué al chico que tanto había captado mi atención y lo vi allí, sentado, mirándome y sonriendo. Me saludó y consiguió arrancarme una sonrisa que ni yo sabía que tenía entre mis labios. Ese camarero regordito, por muy mala mirada asesina que me echase al chocarme con él, me había hecho la más feliz. Álvaro y yo seguimos paseando, y como me preguntó por el chico sin nombre, le conté el suceso del restaurante. Y bueno... El resto ya lo conoces.
Alici estaba más sorprendida aún.
-Resumiendo, ibas a una cita a ciegas y te encuentras con dos, y te quedas pillada por ambos tíos. Cris, eres la bomba. Oye, ¿qué te parece si llamo a Nata, y quedamos en el Burguer king? Tengo hambre, y me ha dicho Laura que la nueva hamburguesa está buenísima.
-Por mí bien
-Perfecto, la voy a llamar -hizo una pausa y tras revisar su smartphone exclamó-. Mierda,¡no tengo saldo!
-Anda, ya la llamo yo.
Saqué mi Samsung Galaxy 3 y busqué la N. Después de cuatro bips mi amiga descolgó y yo puse el altavoz.
-¡Cris! -Se escuchó al otro lado- ¿Qué tal?
-¡Muy bien! Oye, Ali y yo vamos al Burger. ¿Te vienes?
-¡Claro! Pero no mucho, que le he dicho a mis padres que hoy cuidaba de mi hermano Sergio.
-Ok, pues nos vemos allí.
Colgué. Tenía la costumbre de hacerlo sin despedirme.
-¡Nata!
-¡Cris!
-Nos abrazamos y nos dimos dos besos.
-¿Hola? -Se hizo notar Ali- ¿Yo también existo?
-¡Hola Ali! -Contestó Natascha, mientras se daban dos besos.- ¿Cómo estás?
-Hambrienta
Las tres nos reímos.
-Bueno Cris -Nata se dirigió hacia mí-, ¿me vas a contar lo del sábado?
-Claro -Respondí-, pero primero vamos a la cola a pedir, que yo también tengo hambre.
Unos días antes
-¡Cris! -Vino entusiasmada Nata hacia mí- Te he preparado una cita.
-¿Qué? ¿Con quién?
-Ahh... ¡Sorpresa!
-¿Y cómo la has conseguido?
-¿Recuerdas que estudio periodismo? -Asentí- Bien, pues estoy de prácticas en un programa, que se trata de ir preguntando a gente de la calle que si quiere una cita a ciegas, y luego se grab la cita y lo que ocurre en ella.
-¡¿Queeé?! ¡Estás loca!
-Sí, pero mola. - Y con una sonrisilla traviesa añadió- Mañana voy a buscarte a la una y media. ¡Ponte guapa!

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